(1917-1920)
Su carrera política dio inicio cuando fue
electo presidente municipal de cuatro Ciénegas,
en la época del gobierno de José maría garza galán, pero debido a su mala
relación con el renuncio a su cargo. Cuando Garza Galán intento reelegirse, Carranza
se revelo participando políticamente en su contra. No tomo las armas pero convenció
a Porfirio Díaz de que el movimiento no
era anti porfirista. Bernardo reyes fue designado mediador, y apoyo a
Venustiano Carranza para que se
reintegrara ala político. Fue así como volvió a la presidencia municipal de
cuatro Ciénegas de 1894 1998. Además, fue diputado local al congreso
de Coahuila de manera interina. Se creyó que sería el próximo gobernador. Pero
su participación en el movimiento reyista
le trajo oposición de Porfirio Díaz
y de los científicos. A pesar de ello, presento su candidatura independiente al
gobierno de su estado, siendo derrotado por Jesús de valle.
MADERISMO
En
un principio no se comprometió con francisco I. Madero, pues continuo con la
esperanza de que algún día el general Bernardo reyes, quien lo había apoyado en su lucha contra Garza Galán,
regresara al país a suceder a Porfirio Díaz. Al ver que esto no sucedía, y
cercanas las elecciones presidenciales, decidió adherirse al maderismo,
exiliándose en san Antonio, Texas, y comprometiéndose a acudir al llamado de
las armas. Aunque no llego a penetrar el estado como rebelde, designado por
Francisco I. Madero como gobernador de Coahuila. Luego lo nombro secretario de
guerra y marina en su gabinete provisional de ciudad Juárez, a pesar de ser un civil. Fue ratificado en su cargo de gobierno de Coahuila, para el
que poco después fue electo. Como
gobernador de su estado, organizo fuerzas auxiliares que impidieron el paso de los rebeldes
orozquistas a Coahuila en 1912.
LA CONSTITUCION DE 1917
Una
vez derrotados los ejércitos campesinos en 1915, y contenía la movilización
obrera impulsada por la casa de obreros en las huelgas capitalinas en 1916,
Carranza impuso la idea de convocar a un congreso constituyente, con la
intensión de introducir modificaciones de la carta magna de 1857. Con esto se trataba de dar por
terminada la lucha armada, y regresar al país al orden legal bajo la dirección
carrancista y la fuerza de su ejército, que se había impuesto por las armas en
el país. La convocatoria se hizo en septiembre y las sesiones se llevaron a cabo de diciembre
de 1916 a fines de enero de 1917, con la exclusiva participación de
legisladores que contaban con el apoyo de los militares carrancistas.
Del
proyecto presentado por el presidente fueron aceptados los cambios en cuanto a la organización política del
país, que reafirmaron su carácter presidencial.
Se
reafirmaron las libertades y los derechos de los ciudadanos, así como el
federalismo y los principios
democráticos incluidos en 1857. Lo novedoso consistió en el reconocimiento de
los derechos laborales, como la huelga y la libre organización de los trabajadores,
además de regularse el trabajo asalariado al establecerse salarios mínimos y la
duración de la jornada laboral; además, estableció el derecho de los ciudadanos
a la educación laica, gratuita y obligatoria y, de manera sobresaliente, el
principio que otorgaba a la nación el regular las características de la
propiedad privada, de acuerdo con el interés de la comunidad, con lo que se
recuperan los recursos naturales del país, y se anuncia la expropiación por
causa de utilidad pública, que conduciría a la reforma agraria. El 1 de mayo de
1917, después de realizarse los comicios que instalaron la XXVII
Legislatura del congreso de la unión,
Carranza ocupo la Presidencia de la Republica.
EL GOBIERNO DE CARRANZA
Los
ejércitos campesinos ya no representan una fuerza política: el villismo había
sido derrotado en las batallas de Celaya, Trinidad (León) y Aguascalientes en
1915; mientras que el zapatismo había sido reducido a una guerra de guerrillas
en zonas del estado de Morelos. Con la constitución reformada el 5 de febrero
de 1917; el predominio militar y político de los carrancistas era claro, y
dominaría la escena nacional hasta 1940, pero diversos cambios, productos de
desgarradoras lucha intensas ente ellos mismos.
Villa
después de sufrir en 1915 diversas derrotas en el Bajío, reorganizo sus tropas
y trato de tomar la retaguardia carrancista en Agua Prieta, Sonora, sin
embargo, fue nuevamente derrotado. A principios de 1916, en un acto
desesperado, ataco al pueblo de Columbus, en Nuevo Mexico, como represalia porque
los norteamericanos habían permitido el paso de las tropas carrancistas por su
territorio durante los combates en Sonora.
Continuaría
una de guerra de guerrillas hasta lograr una rendición honorable en1919,
después de asesinato de Carranza. Retirado y dedicado a las tareas del campo en
su hacienda de canutillo en chihuahua, fue asesinado a la entrada de Parra,
Chihuahua, en julio de 1923, después de expresar a un periodista su simpatía
por la candidatura a la presidencia de Adolfo de la huerta.
Después de
la derrota del ejercito villista, la forma que encontró Carranza para acabar
con el zapatismo fue planear la muerte de zapata. Fingiendo una defección del
carrancismo, el coronel Jesús Guajardo logró convencer al líder suriano de
asistir al banquete en su honor, en la hacienda de Chinameca, asesinándolo
junto con su escolta, el 10 de abril de 1919; acción que le mereció al asesino
la felicitación presidencial y su acenso a general.
Por
otro parte, los desacuerdos entre los seguidores de Obregón, líder militar
indiscutible, y el presidente aflora desde el primer momento, presentando el
primero su renuncia a la secretaria de guerra, abandonando al ejército y
trasladándose a Sonora para dedicarse a labores del campo. Estos desacuerdos
era una continuación de las discrepancias que había tenido el congreso
Constituyente, ante la oposición de Carranza a realizar cambios radicales en la
ley fundamental del país, mientras que Obregón, Múgica y Heriberto Jara, entre
otros, impulsaron las reformas sociales y el derecho de la nación a la
propiedad de sus recursos naturales.
El
gobierno federal se enfrentaría ahora a luchas intestinas por el poder entre
los propios carrancistas, contra los múltiples caciques que la guerra había
generado, además de iniciar la reconstrucción de las organizaciones sociales y
políticas del país. Los problemas inmediatos de la administración carrancista
fueron políticos: renovar poderes los poderes en los estados y someter a los
grupos armador que había dejado la propia violencia de la guerra revolucionaria
y la lucha de facciones. Muchos de los problemas se resolvieron con una rígida disciplina
y la fuerza de las armas del grupo
triunfante en el Congreso y las elecciones, con lo que se renovaron poderes al
gusto presidencial.
Fue muy
urgente la estabilización de la moneda y el crédito, y la reconstrucción del
desarrollo industrial. Las diferencias facciones, actuando como gobiernos
provisionales en sus zonas de influencia, habían emitido papel moneda, llamados
“bilimbiques” por la población, que tenía como único valor el de su imposición
por las armas. Por medio de un decreto se adoptó para la moneda mexicana el patrón
oro, asignándose al peso un valor de 75 centavos de oro.
Por
otro lado se generó una difícil confrontación con los inversionistas
extranjeros, ya que la Nueva Constitución afectaba seriamente sus intereses
económicos, al establecer en el artículo 27 la propiedad de la nación de los
recursos naturales. Situación internacional que se agravo porque, en un acto
desesperado, los alemanes dirigieron un telegrama al gobierno mexicano para
invitarlo a participar en la guerra
mundial como su aliado, ofrecimiento que fue rechazado por Carranza; a cambio,
los alemanes ofrecían que México recuperaría los territorios perdidos en la
guerra de 1847 con los norteamericanos.
Las
relaciones internacionales con los países colonialistas en la guerra mundial se
agravaron, ya que en septiembre de 1918, en su informe al Congreso, Carranza
presento su doctrina en materia de política exterior: “todos los países son
iguales y se deben respetar mutuamente sus intenciones, leyes y soberanía;
ningún país debe intervenir de ninguna en los asuntos interiores de otro”. Con
el objeto de revisar los daños y perjuicios causado por la revolución, creo una
comisión que comenzó a funcionar en 1919; mientras que la incorporación de EUA
a la primera guerra mundial permito que las presiones sobre México
disminuyeran, al mismo tiempo que los norteamericanos retiraban sus tropas del
norte del país, cuya intervención busca capturar a Villa, después el
ataque al pueblo de Columbus, Nuevo
México en 1916.
EL MOVIMIENTO OBRERO
La
vieja tradición gremial y cooperativista, propia del siglo XIX y de una
sociedad artesanal, se vio transformada con la industrialización generada por
la intervención extranjera durante el porfiriato. La corriente socialista más
difundida en el siglo XIX fue la anarquista, sin embargo se divulgó desde los
intelectuales hacia los trabajadores textiles, mineros y ferroviarios, quienes
se encargaban de lanzar las grandes huelgas de 1906. Los “Clubes Liberales”
opositores al porfiriato, fundados en 1900 y 1901, darían lugar a una
organización anarcosindicalista el “Partido Liberal Mexicano”; que desde la
prensa, y luego impulsando huelgas, buscarían combatir a la dictadura
porfirista por medio legales, para acabar exiliándose sus dirigentes a EUA,
ante la persecución de los agentes del gobierno. Ahí buscarían el apoyo de la
organización laboral norteamericana “Industrial Workers of the World (IWW)” la
IWW, para lanzar su movimientos de intersección contra el gobierno de Díaz en
1908.
Sin
aceptar el maderismo, el movimiento obrero se reorganizó con “la casa del
obrero mundial” a partir de 1911; que
fue disuelta por Huerta con el golpe de estado de 1913, y algunos de sus
dirigentes se incorporaron a los ejércitos campesinos en lucha. Al tomar los
carrancistas la ciudad de México, en agosto de 1915, establecieron una alianza
con el movimiento obrero y se formaron “batallones rojos” para combatir los
villistas, a cambio de obtener una legislación que protegiera a los
trabajadores al triunfo de la guerra: que se traduciría, posteriormente, en el
nuevo artículo 123 constitucional.
Sin
embargo esta relación tuvo enfrentamientos, ya que las huelgas desatadas
durante 1916, como acción directa para lograr sus derechos, y la crisis
económica del país después de los años de guerra, obligaron a Carranza a
amenazarlos con el fusilamiento por alterar el orden, prohibiendo las huelgas.
En
1917, en ocasión del Segundo Congreso Obrero, se enfrentaron las tendencias
anarcosindicalistas y las de “entendimiento y negociación”; esta última
sostenida por Luis N. Morones, líder del sindicato de electricistas, quien
permanecería como el gran dirigente nacional hasta 1938, con la Confederación
Regional Obrera Mexicana (CROM).
LAS NUEVAS ORGANIZACIONES
POLITICAS
Concluida
la victoria sobre las demás facciones revolucionarias y establecidas las bases
legales con la nueva Constitución, emergieron nuevas organizaciones políticas.
Los nuevos “partidos políticos” eran grupos reunidos en torno a un caudillo, o un
interés común como el Partido Agraristas; con pocas excepciones, estos
organismos desaparecían una vez llevadas a efectos las elecciones. El Partido
Liberal Constitucional (PLC), había estado en mente de Obregón y Benjamín Hill,
desde la convocatoria al Congreso Constituyente de 1917, para agrupar ala
tendencia radical que haría las principales reformas con los artículos 3°, 27°
y 123°. El PLC seria la expresión política del obregonismo desde 1916. Por otro
lado, y como la herencia de las añejas tradicionales gremialistas y
mutualistas, se fundó el Partido Nacional Cooperativista, en 1917; mientras que
la recién fundada CROM crearía el Partido Laborista. Para 1919, con la
influencia soviética norteamericana, se fundaría el Partido Comunista Mexicano;
mientras que los zapatistas fundaron el Partido Nacional Agrarista en 1920.
En
el interior del país se integraron numerosas organizaciones políticas
regionales, como el Partido Socialista
del Sureste, el Partido Socialista
Agrario de Campeche, el Partido
Socialista Fronterizo, el Partido
Laborista del Estado de México, el Partido
Socialista del Trabajo del Estado de Veracruz y el Partido del Trabajo de Puebla. Siguiendo la tradición democrático
liberal de fin de siglo, aparecieron la Confederación
de Partidos Revolucionarios Guanajuatenses, el Partido Liberal Yucateco, el Partido
Liberal Independiente, el Partido
Nacional Civilista y el Partido
Nacional Antimilitarista; todos ellos trataron infraestructura de arrebatar
la política a los militares.
LA CAMPAÑA ELECTORAL DE 1920
Carranca
que había sido presidente municipal, Gobernador interino y Senador porfirista,
se ha señalado que representaba una corriente que proponía el regreso al viejo
orden liberal del siglo XIX; mientras que Obregón representaba al grupo de
radicales que había reformado la Constitución, incorporándole el concepto de
Justicia Social, que había faltado en 1857, a pesar de las demandas de Melchor
Ocampo, Ignacio Ramírez, Ponciano Arriaga y otro liberales radicales.
El
1 de junio de 1919, Obregón que había permanecido retirado de la vida pública
desde 1917, lanzó un manifiesto a la nación en el que proponía como candidato a
la Presidencia y acusaba al gobierno por su falta de moralidad y por no haber
logrado consolidar la paz en el país; situación de la cual enteró mediante un
telegrama a Carranza; quien, en respuesta, impulsó la candidatura de un miembro
civil de su gabinete, el ingeniero Ignacio Bonillas, con el que pretendía
acabar con el militarismo y, para la conciencia de lo obregonistas, perpetuarse
en el poder como la habría hecho Porfirio Díaz en 1880, para volver a gobernar
en el periodo siguiente.
Para
lograrlo, impulso un manifiesto que fue firmado por 16 gobernadores y algunos
generales. Los maderistas se unieron al conflicto al integrar una Liga
Democrática, que lanzo la candidatura del general Pablo Gonzales, con lo que
desapareció el apoyo militar. Carranza complico la lid y confirmo las sospechas
de los militares al perseguir a Obregón, que realizaba su campaña en la ciudad
de México, por lo que el general busco el apoyo de los ferroviarios y los
zapatistas, ocultándose en Guerrero; era claro que el cambio se daría por medio
de las armas.
EL PLAN DE AGUA
PRIETA
El
gobernador del estado de Sonora, el general Adolfo de la Huerta, inicio la rebelión
del ejército contra Carranza, acusándolo de violar la soberanía del estado
libre y soberano al realizar movilizaciones de tropas al margen estatal, lo que
violaba las garantías individuales y ponía a la entidad bajo sitio.
Se
desconocía a Carranza como Presidente de la República y se anunciaba que una
vez derrocado el gobierno, se nombraría
un presidente provisional y se convocaría a elecciones.
El
levantamiento se generalizo y fue impulsado por el ejército; contó con el apoyo
de los ferroviarios, que contribuyeron a impedir la fuga del gobierno carrancista. La rebelión cundió a todo el
país, siendo sus dirigentes Adolfo de la Huerta y Plutarco Elías Calles.
Carranza busco trasladar su gobierno a Veracruz, como lo había hecho antes,
frente a la amenaza de los ejércitos campesinos, en 1914; lo que no pudo
cumplir, ya que las tropas insurgentes le bloquearon el paso hacia el puerto,
en una rebelión que se inició desde la estación de tren en la villa de
Guadalupe en la capital.
El
desorden fue general, de un contingente a bordo de 20 trenes cargados, incluso
con los escritorios de los burócratas, para la tarde la comitiva presidencial
se integraba de una pequeña columna de fieles seguidores que se internó en la Sierra de Hidalgo.
Fue
asesinado el día 21 de mayo de 1919, por tropas de Rodolfo Herrero. Lázaro
Cárdenas, que había sido enviado para capturar con vida, no pudo llegar a
tiempo por dificultades al cruzar el rio.
El
cuerpo de Carranza, quien había logrado aglutinar a todas las fuerzas
nacionales contra el porfiriato, en manos del dictador Victoriano Huerta; crear
una nueva constitución; contener al imperialismo y fijar la autodeterminación de los pueblos
con su política exterior, en plena Guerra Mundial, fue recibido en la ciudad de
México por el cuerpo diplomático acreditado en el país y sepultado en una fosa
3ª clase en el Panteón de Dolores; mientras que en el Congreso presuroso nombra
a Adolfo de la Huerta como Presidente Provisional, que debería convocar a
elecciones y entregar el poder el 30 de noviembre de 1920.